Hoy, 21 de diciembre a las 22.22 horas, comienza el invierno. Por ello publicamos, en el blog de opositores de Geografía e Historia, esta obra de Goya, titulada con el nombre de la estación que se inicia o también conocida como «La nevada».
Esta pintura forma parte de la serie de cartones para tapices «Las estaciones», cuyo fin era decorar uno de los aposentos del rey en el Palacio de El Pardo en Madrid. Sin embargo, el tapiz, de 1786, junto a los demás que componían la serie, nunca llegó a sus muros debido a la muerte de Carlos III en 1788, formando parte de las colecciones del Museo del Prado hasta hoy.
Goya llega a Madrid de su Zaragoza natal en 1775. A partir de esta fecha trabaja en la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara. Sus cartones pertenecen por lo tanto a la primera etapa en la trayectoria del autor.
En los cartones hay una clara evolución. Del gusto rococó de los inicios, materializado en una temática alegre y pintoresca, en las composiciones todavía barrocas, en gamas cromáticas y las texturas características del estilo, así como la utilización de las figuras pequeñas y gráciles y rígidas; se pasará a una temática más grave, a un mayor realismo, a nuevas composiciones y a una pincelada cada vez más abocetada.
En La nevada o El invierno, observamos ya un mayor realismo. El cuadro logra transmitirnos el frío del blanco paisaje así como el viento gélido que azota los árboles de ramas desnudas y los rostros de los hombres del cuadro. El perro también lo sufre y esconde el rabo entre sus patas.
El cerdo transportado por el burro es otra referencia al invierno, época de la matanza.
La temática no es alegre y el crudo invierno refuerza la gravedad del asunto tratado. Son tres detenidos llevados por dos guardias. Son personajes de un estrato social bajo, no es la burguesía madrileña alegre y superficial de series anteriores.
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