El pasado 14 de marzo se publicaba en el BOE el RD 463/2020, por el que se declaraba el estado de alarma debido a la COVID-19. Las restricciones impuestas por dicho RD pillaron a preparadores, academias y opositores totalmente por sorpresa. El inicio del confinamiento masivo y la suspensión de las clases presenciales truncaron el normal desarrollo del curso. Con él, se fueron al traste las convocatorias de oposiciones y la moral de los opositores. La mayoría se vieron impotentes ante la oleada de incertidumbre, frustración, desánimo e incluso, desesperación, que se extendió como la pólvora aquella fatídica semana del 16 de marzo en la que todo empezó.

Los acontecimientos posteriores no invitaban al optimismo. En primer lugar, porque no parecía factible la celebración de unos procesos selectivos que suelen ser masivos. Y es que estos siempre suelen reunir en un espacio cerrado a un gran número de opositores. En segundo, porque en el contexto del confinamiento y con clases telemáticas en los centros públicos, las distintas Consejerías se abstuvieron en muchos casos de reemplazar a los docentes de baja. Lo que supuso la consiguiente paralización o ralentización de las listas de sustituciones. Y en tercero, porque la incipiente crisis económica está al acecho. Y este no es un escenario propicio a la continuidad de las convocatorias en el futuro inmediato.

Estrategias adoptadas por los opositores ante las consecuencias del confinamiento

Ante esta situación tan descorazonadora, los opositores educativos optaron en general por una de estas tres estrategias:

1. Ralentizar la preparación. Ante la incertidumbre reinante y viéndose sometidos a un confinamiento masivo, hubo quien se vio obligado a alterar sus hábitos de estudio. Ya sea por la suspensión de las clases con su preparador o academia o por razones familiares (cuidado de hijos o de mayores en el hogar). O incluso, por razones de salud (si se vieron afectados por la COVID-19).
2. Abandonar la preparación. En casos extremos, hubo quien se vio obligado a abandonar el estudio por los problemas anteriormente expuestos o incluso, por problemas económicos. No hay que olvidar que mucha gente se quedó sin empleo o se vio sometida a un ERTE con las implicaciones que esta situación conlleva.
3. Continuar preparándose «normalmente». Dentro de lo posible, también hubo quien trató de seguir adelante con su rutina (y que se lo pudo permitir, claro está). Estos intrépidos opositores tuvieron que lidiar sobre todo con la ansiedad generada por la incertidumbre sobre la posible suspensión o aplazamiento de los procesos.

Estado actual de las oposiciones en tiempo de COVID-19

El aplazamiento de los procesos selectivos ha supuesto un mazazo para los opositores. Todos han tenido que rehacer sus planes de estudio para adaptarse al nuevo calendario. Los catalanes tienen las oposiciones el próximo mes de septiembre, los vascos en diciembre y los demás, en el verano de 2021.

En algunos casos, el aplazamiento ha supuesto incluso una ventana de oportunidad. Muy particularmente, para quien iba justo de tiempo y ahora tiene margen para prepararse con más tranquilidad. También tendrá un impacto positivo la necesidad de contrataciones adicionales impuestas por las limitaciones de aforo durante el próximo curso. Esto hará correr sin duda las listas de sustituciones más de lo que sería habitual.

Es importante tener en cuenta que la incertidumbre sigue estando ahí. Nada ni nadie nos puede garantizar que las oposiciones se vayan a celebrar sin novedad en las fechas previstas. La evolución de la pandemia es impredecible y las autoridades educativas y sanitarias pueden adoptar nuevos cambios en el calendario con los que no contábamos. Desde luego, esperemos que no sea así, pero tenemos que estar preparados para todo.

Como consecuencia, el manejo de la incertidumbre y de la ansiedad que esta conlleva son de vital importancia para el opositor en estos tiempos de Coronavirus. La actitud ideal es la de mantener la cabeza fría en la medida de lo posible. Y sobre todo, centrarse exclusivamente en aquello que podemos manejar (que es nuestra jornada de estudio). Es imperativo procurar seguir adelante sin dejarse dominar por la situación.

¿Cuál es la mejor estrategia para organizarse ahora?

Para aquellos que tienen todavía unos meses de preparación por delante, la estrategia más aconsejable es tomarse unos días de descanso. Eso sí, si no lo han hecho ya durante el verano. Y retomar la preparación con fuerza al comienzo de septiembre, con un nuevo calendario de estudio. Dicho calendario debería haber sido elaborado teniendo en cuenta la última fecha prevista para la celebración de las oposiciones. Si necesitas consejo sobre cómo organizarte, puedes echarle un vistazo a este post que publicamos sobre el asunto.

Al comienzo del curso 2017-18 publicamos en nuestro canal de Youtube un vídeo de Rafael Rodríguez Martín. En él, el director del CEIP Celso Emilio Ferreiro, describía las cualidades que debe tener un buen opositor. Entre ellas, Rodríguez Martín cita el control de los nervios. Dicho control está íntimamente relacionado con la resiliencia o capacidad de resistencia, que en tiempos de Pandemia tendremos que trabajar con especial hincapié. Os lo dejamos para que lo repaséis con la esperanza de que os dé ánimos y os sirva de inspiración.

¡Mucho ánimo y a por ello!