¿Eres de los que se la juegan en las oposiciones yendo a examinarse con el tiempo justo? ¿Sales de casa a última hora, incluso mediando un viaje de muchos kilómetros? ¿Improvisas a lo loco una plaza de aparcamiento y luego le preguntas a un transeúnte en dónde es el examen? Pues tienes mucho interés en seguir leyendo estas líneas.
Ante todo, has de saber que, en general, los tribunales son bastante intolerantes a la falta de puntualidad. Y no sin razón: un aspirante a docente debe predicar con el ejemplo. De lo contrario, ¿con qué autoridad le va a pedir a sus futuros alumnos que sean puntuales para ir a clase o para entregar trabajos? Si le añades a esto el hecho de que los tribunales están saturados de trabajo, entenderás que aprovechen cualquier excusa para sacarse un candidato de encima. Y la impuntualidad es una excusa perfecta; por eso, no te la perdonarán.
Las oposiciones no son más que un proceso de selección de aspirantes a un puesto de trabajo como cualquier otro. En la empresa privada no dejarías una buena impresión llegando tarde a tu entrevista de trabajo. Y tu cita con el tribunal para someterte a las pruebas, ya sean estas individuales o colectivas, orales o escritas, funciona exactamente igual: como llegues tarde, estás acabado.
Lamentablemente, la mayor parte de los opositores se la juegan con prácticas que podríamos considerar de riesgo. Y de vez en cuando, a alguno le sale mal y queda fuera de juego, llegando tarde al examen o peor aún, teniendo un percance por el camino. Por eso, te vamos a indicar cuáles son a nuestro juicio las mejores prácticas para asegurarte seguridad y tranquilidad frente a las pruebas:
1) Si la prueba es a primera hora de la mañana, asegúrate de dormir la noche anterior en un lugar desde el que puedas llegar a pie al centro educativo en el que te vas a examinar. Si te fías del coche o del transporte público, puede sorprenderte una huelga, una avería, un atasco o un imprevisto de cualquier otra índole que te haga llegar tarde.
Además, el día anterior vas a viajar con mucha más tranquilidad que si lo haces el mismo día del examen, y eso tiene un impacto directo en tu estado de ánimo y en tu nivel de ansiedad. Si vas a dormir en un hotel, reserva tu habitación cuanto antes. Si las oposiciones son multitudinarias y es un sitio pequeño, es posible que muchos otros candidatos hagan lo mismo y acaben con las plazas disponibles en poco tiempo.
2) Si no conoces el lugar exacto en el que se van a desarrollar las pruebas, date una vuelta por allí la víspera, cuando llegues, e identifica con precisión el lugar exacto en el que te vas a examinar. Calcula la ruta desde tu alojamiento y asegúrate de que conoces bien el camino.
3) Aunque es difícil evitarlo, procura no estudiar demasiado en las horas previas al examen. Date una vuelta por la zona con calma, tómate algo y relájate en la medida de lo posible. Llama a casa, lee un libro… haz lo posible para estar tranquilo y con la mente distraída.
4) Levántate con mucha antelación. Prepárate y desayuna con calma y sal hacia el centro con tiempo de sobra.
Esta forma de proceder es ideal. Sin embargo, no siempre se puede hacer así. En caso de que no te quede más remedio que viajar en las horas previas al examen por cuestiones personales, familiares o profesionales, te recomendamos lo siguiente:
1) Viaja al menos con dos horas de margen. Si el examen es a las 9h00 y tienes dos horas de camino para llegar, no deberías salir a las 6h30 ni a las 7h00, sino a las 5h00, aunque te dé algo de pereza. No corras: la sensación de agobio por no llegar es matadora de cara a las pruebas. En el mejor de los casos, harás el examen estresado y desquiciado, y no rendirás todo lo que debieras. Y en el peor de los casos, puedes sufrir un accidente. De verdad que no merece la pena, después de un año preparándote para la ocasión.
2) Antes de salir busca en Google Maps el lugar exacto en donde se van a celebrar las pruebas. Si tienes un GPS, configúralo con antelación suficiente (no en el momento de subirte al coche para salir) y asegúrate de que las señas están bien configuradas. Es fácil equivocarse y acabar en el extremo opuesto de la ciudad. Aún más: si puedes, reserva plaza en un parking cercano para no tener que buscar aparcamiento: que la cosa sea llegar y aparcar. Y si esto no es posible, al menos infórmate o inspecciona un poco la zona con Street View para hacerte una idea de dónde puede ser más asequible aparcar en las inmediaciones del centro educativo.
3) Cuando hayas aparcado, dirígete al centro cuanto antes; no te entretengas aunque tengas tiempo de sobra. Lo primero es llegar al destino e identificar el lugar en donde te vas a examinar. Luego, si te sobra tiempo, ya irás a relajarte y a tomar algo por los alrededores.
Todos los años hay casos de opositores desdichados que arruinan su año de preparación por llegar tarde. Y muchos otros que llegan a tiempo, pero que se enfrentan al examen con el corazón saliéndoseles del pecho después de haber hecho un viaje por el hiperespacio, a 150 kms/hora, con la incertidumbre de si llegarían a tiempo, si tendrían donde aparcar al llegar o si encontrarían el sitio a la primera. No seas tú uno de ellos. Si te lo puedes permitir, alójate en casa de un amigo o familiar o gástate unos euros en un hotel, aunque sea compartiendo habitación con algún colega. Tómatelo con calma y disfruta del viaje. De verdad: la diferencia es abismal.
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